"When a man is tired of London, he is tired of life; for there is in London all that life can afford" Samuel Johnson
Otro fin de semana frenético de Viernes a Sábado y Domingo de relax.
El viernes se convirtió en una auténtica contrareloj desde el momento en que puse un pie en la calle, dejando atrás largas horas de laboratorio.
Marina vino conmigo directo del lab y quiso realisarme el pelo. Al poco rato vinieron Cristian y Marina, fuimos a comprar el botellón y nos motivamos pidiendo bastante comida china. Después otra vez a recepción a buscar a Laura, poco después a recoger la comida china... y todo ello entre arreglándonos y pequeño percance con los de recepción por no firmar los invitados (la seguridad de esta residencia es abrumadora, a veces es irritante tener que ir abriendo con la llave cada puerta que te encuentras).
Conseguimos esar listos a las 8 y bajar a cenar a la common room. Comimos hasta hincharnos y después estuvimos a tiempo de unirnos al cumpleaños que ese viernes se celebraba, probar la deliciosa tarta oreo y convertir la sala en un karaoke.
Después de derramar bebida, perder el móbil, encontrarlo, volver atrás a por mi ticket de metro y bailar el "all eyes on us". Al fin llegamos al metro y empezaba nuestra propia fiesta (el resto se habían ido hacia Penthouse, el sitio del que hablé el sábado pasado) pero nosotros queríamos más marcha así que nuestro destino era, una vez más, Carbon. El metro estaba vacío, un vagón para nosotros solos que no desaprovechamos. 10 minutos que pasaron volando, corrimos hacia la puerta y, cuando llegamos, pasaban las 11 (5 GBP). Siempre tan complicado llegar a tiempo a las discotecas de Londres... pero ya no importaba, teníamos nuestra mesa y, la buena música que estaba sonando hizo que nuestra entrada fuera más triunfal. Aún así, no todo el rato se mantuvo y no pusieron las canciones que pedíamos pero la motivación la llevabámos incorporada. A lot of fun! Claudia (de la residencia y fan incondicial de Carbon) celebraba su fin de exámenes como si le fuera la vida en ello. Hacia el final de la noche se unieron dos amigos de Marina y, sin darnos cuenta ya era hora de volver hacia el bus nocturno (por suerte, sin esperar demasiado).
El sábado me desperté con Marina hablándome en griego y mirándome con cara de: ¿Por qué no me contestas?. Después de una hora dando vueltas en la cama y pensar el plan del día al fin nos levantamos con el propósito de LET'S KILL THE SATURDAY (matemos el sábado, de relax, pero haciendo cosas). Le dió por ordenarme todo el estudio (podéis imaginar como estaba) así que tendré que invitarla más a menudo. Al poco rato Cristian y Marina ya volvían a estar con su targeta de invitados en mi estudio. Devoramos la comida china del dían anterior, vimos la primera parte del Mallorqueta (el cual no para de darme disgustos esta temporada) y, como dirían en mallorquín, "vàrem anar a per feines". Fuimos a la catedral de Londres, St Pauls, la cual vale 15 GBP visitar. No obstante, ese día estábamos de suerte y, no sé porqué razón, pudimos visitrarla (solo la planta baja por supuesto). Después aún seguíamos con la flor en el culo, nos dirijimos al starsbucks y dos preciosos sofás nos acogieron por espacio de más de dos horas, con vistas a la catedral. Gran momento de relax, de risas, pactos, planes, de recordar la noche anterior y de, simplemente disfrutar del café en buena compañía. Se unió un amigo chipriota de Marina y fuimos a Candem a cenar en una paradeta griega (una especie de kebab buenísimo). Aún hubo espacio para unos donuts de chocolate que debería haber evitado pero, como siempre, como con los ojos. Después de que casi nos aropellaran varias veces y de ver como un autobús casi arrollara a una chica felizmente cruzando la calle, nos despedimos de Marina y su amigo. Nosotros tres, seguimos nuestro camino para ver que nos ofrecía Candem aquella noche. Increíblemente, encontramos un bar que televisaba el Barça-Sevilla y, a las 9 de la noche ya gozaba de un ambientazo. Un montón de gente disfrazada.
Antes de que el último metro diera su pistoletazo de salida, nos despedimos deseándole a Cristian un buen viaje de vuelta. No me cabe duda que Londres le ha gustado y, si es con nosotras, el espectáculo está asegurado.
Llegaba a casa a media noche y pensando: si "killing the saturday" tiene que ser así, que me den los papeles para firmar. (Seguro que el próximo no será menos).
Y un domingo más de colada, compra y un poco de estudio.
Un beso a todos (un més y pongo el pie en sa roqueta again, me muero de ganas).