"When a man is tired of London, he is tired of life; for there is in London all that life can afford" Samuel Johnson

APRENDIENDO A CONTROLAR LAS DISTANCIAS

02.10.2012 21:53

 

 
Aquí todo se mide diferente, parece que la tierra se alarga y las distancias se hacen interminables. La unidad de medida también es diferente, por supuesto. Aquí todo va con millas: 1 milla = 1,6 km. Una conversión muy básica pero que ya me ha jugado malas pasadas.
 
Ayer tenía la inauguración del curso y llegué más de media hora tarde por subestimar las 4 millas que marcaba el google maps antes de salir. Se convirtió en más de una hora andando a todo gas (pasando por sitios preciosos pero sin poder pararme). Menos mal que pude incorporarme a otra presentación (aunque no era de mi facultad, ups). Después hubo gran comilona y a la vuelta no me la jugué, cogí el metro y a casa.
 
En el gimnasio también ya he tenido tiempo a hacer de las mías. Subí toda convencida a la cinta de correr marcando la velocidad 10 pensando que serían 10 km/h pero me di cuenta de que no cuando la cinta empezó a moverse a toda ostia y me costó mantener el equilibrio en ella para bajar rápidamente la velocidad. La distancia recorrida avanzaba muy lentamente, también tardé en darme cuenta que se media en millas. Por el contrario, las pesas más ligeras de lo normal (medidas en libras, 1lb = 0,45kg).
 
Hablando de medir las cosas... parece que aquí la gente tampoco mide bien la distancia o, mejor dicho, la perspectiva. Alguien tendrá que enseñar que, cambiarse de ropa o pasearse desnudo por la habitación con la persiana medio bajada... no es una buena idea. Estando en un primer piso... solo con levantar la vista puedes encontrarte de todo.
 
Para acabar deciros que he descubierto el método maravilloso para socializarse en esta residencia. Pero mañana os lo cuento. De momento deciros que estoy en la sola común viendo el partido de champions del Benfica - Barça en una pantalla gigante con más de 40 personas. No se cuanta gente se me ha presentado pero no recuerdo casi ningún nombre. Unos juegan a billar, otros a pin-pon, otros simplemente hablan en las mesas de atrás... y yo aquí en el sofà central rodeada de griegos y comentando el partido. Os dejo que empieza la segunda parte.
 
Besooooos.

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